Esta mañana 20 minutos de retraso por una avería de un tren, esta tarde casi 2 horas de retraso por un problema de catenaria en la estación de Sants.
No parece que el gobierno encuentre soluciones definitivas a un servicio tercermundista que es imprescindible para la movilidad de cientos de miles de personas que viven fuera de la ciudad y no pueden permitirse el lujo de pagar por la zona verde, zona azul, precios abusivos en los parkings, además de los atascos y el precio de la gasolina.
El efecto ha sido muy superior a las 2h en muchos casos, ya que el primer tren en el que he podido subir yo, se ha llenado de una forma tan espectacular en las dos primeras estaciones, que no podía entrar nadie más hasta que no ha empezado a vaciarse a la salida de la ciudad, 5 paradas más allá de la estación de Sants.
Además, para más recochineo, en la única parada en la que no paran todos los trenes de todo el trayecto (que es precisamente la mía), con este primer tren tampoco han tenido el detalle de parar, y he tenido que pillar un taxi de vuelta desde la estación siguiente.
El sistema de información no funciona nada bien: al bajar en la estación, con el servicio ya en funcionamiento -que no normalizado en horarios-, aun podía escucharse por megafonía que el servicio de la línea estaba interrumpido.