He estado en la boda de un buen amigo mío, y por fin he conocido a su esposa. Una boda civil estupenda, y lo que es mejor, rápida comparado con las bodas religiosas.
La celebración posterior de lo más original, con tapas estupendas, trucos de magia y la posibilidad de charlar con todo el mundo, y no sólo con los de tu mesa, como suele ocurrir, ya que al estar de pie en una sala (quien quería podía sentarse en las sillas que había alrededor) es más fácil arrancar conversaciones, por no hablar de evitar el dolor de cabeza de planificar la composición de las mesas.
Después de la celebración, a eso de las 20:00h, he podido ver en casa de otro amigo Baraka en Blu-ray una vez más, pero en esta ocasión en una pantalla de 150″ desde un proyector Panasonic que se veía de narices, por cierto.
Qué maravilla ver de esta forma el cine en casa, o los eventos deportivos.
¡Yo también quiero uno para casa!