El dicho popular “fallas más que una escopeta de ferias” creo que más de uno podemos afirmar que ya se puede aplicar a los discos duros.
No soy un nuevo usuario, a principios de los 80 usé discos Winchester removibles que creo que eran de 10MB, y a finales de los 80 vendía discos de 20MB y 40MB (sí MB, no GB).
Eran discos NEC, Seagate y recuerdo que trajimos a Catalunya por primera vez los Conner, alrededor de 1990 si mi memoria analógica no me traiciona.
Todos estos discos usaban tecnologías de codificación MFM al principio y RLL más adelante.
Con el paso del tiempo, y con las exigencias del vídeo profesional, me metí de lleno en los discos SCSI, y luego los de fibra. Las capacidades fueron creciendo, así como las prestaciones y los anchos de banda.
Fallaban de vez en cuando, pero (al menos en mi caso), después de varios años de servicio intenso (alguno aun está OK tras 9 años en mi viejo PC).
Los discos duros han bajado de precio de manera espectacular, y las capacidades son ya de TB.
En los últimos 3 años he comprado varios discos externos, de diferentes fabricantes y capacidades, y el ratio de fallos se ha multiplicado estrepitosamente.
Eso me ha forzado a comprar un RAID interno y uno externo, de forma que en casa ya tengo 18TB de almacenamiento redundante para datos y para vídeo 3D-HD respectivamente.
En los últimos años se han popularizado discos duros USB/eSATA/FW que van en cajas de diseño y que se disponen en posición vertical. En mi experiencia, son los que he visto fallar más: LaCie, Seagate, WesternDigital … me han fallado todos, pero, si hacemos un mínimo repaso a los principios de la física, hay una fuerza que se llama gravedad, y hay un hecho que no debemos olvidar, los discos giran entre 5.200 y 7.200 rpm (los más serios llegan a 15.000 pero no los ponen en esas carcasas), y si habéis visitado algún museo de la ciencia últimamente, hay un ejemplo de lo que es la aceleración de Coriolis (por cierto fuerza “ficticia”), y cuyo efecto lo podemos experimentar de forma personalizada en nuestro persona sentada en una silla giratoria, y creo que está claro, que con el paso de las horas, días, semanas y pocos meses, no puede ser muy bueno para un disco duro trabajar en vertical con la fuerza de la gravedad (no ficticia) y este fenómeno combinados.
Al menos yo, no compraré nunca más un disco duro que no esté dispuesto en un plano horizontal. Y que quede claro que uso y usaré estas marcas igualmente.