Creo que últimamente se está demostrando quien entiende de marketing online y quien no.
Hay que ir más a modelos “pull” y no tanto “push”.
Ejemplos de marketing nefasto:
– JAZZTEL: soy cliente suyo y me bombardean con emails casi a diario de ofertas para que me apunte.
Lo único que consiguen es cabrearme y darme ganas de darme de baja, porque en algunos casos hay mejores ofertas que las que ya tengo.
– VODAFONE: lo mismo de lo mismo. Además, hace unos días, escuché como un empleado de Vodafone vendía un seguro de robo del iPhone a una clienta, sin tener ni idea de lo que vendía, y por lo tanto ENGAÑANDO a la clienta, ya que si le roban el móvil sin violencia (hurto), esa chica verá como el seguro que le han vendido para su iPhone no le va a servir para nada.
– RACC: entras en su web y no quieres entrar nunca más por lo invasivo de sus banners pop-up.
– Listas de correo de las que te das de baja y apareces en otras dos.
– Emails con attachments de varios MB (¿hay alguien que piense que quizás la persona que va a recibir su mensaje publicitario está de viaje y podría estar en roaming?)
– Llamadas de telemarketing con ofertas a las que ya cuelgo a los 5 segundos, porque sólo te hacen perder el tiempo.
– Ofertas cuando vas a darte de baja del servicio, y no cuando eres cliente.
– Webs penosas donde no hay lo que debe haber en una web y además con faltas de ortografía.
Voy poniendo en la lista negra a todas esas compañías, y cada vez me decanto por compañías que difunden su mensaje con respeto, empresas que tienen tweets inteligentes, a los que me suscribo si quiero y me borro si quiero, webs funcionales, empresas de telefonía móvil a las que me apunto y me doy de baja sin ofertas de última hora y con las que puedo cambiar mi tarifa para probar sin problemas, y cuyos centros de soporte no son grabaciones automatizadas sino gente profesional y atenta, y es que cada vez tenemos menos tiempo libre, y el tiempo es oro.
Cuando lo miras así, al final, no hay tantas empresas que hagan bien las cosas.
Con la crisis es el momento de apoyar a los que lo hacen bien, y no apoyar a los baratos que salen caros ni a los poco profesionales. Apuesto por el marketing inteligente, que considera a sus clientes personas inteligentes y no borregos.